Respira.

A medida que pasan los días vas acumulando tensiones, cargando peso en tus hombros. Pequeñas cosas con las que vas lidiando, que hacen que los días y sus noches se alarguen en el tiempo, hasta que una de esas pequeñas cosas te hace estallar, y te rompes en mil pedazos, y terminas a punto de enviarlo todo a la mierda. Pero para un momento, Carla. Quédate donde estás, tranquilízate, respira hondo, relájate. Piensa. Recuerda que la vida no es solo eso, que tienes gente a tu alrededor que esta ahi, a tu lado, dispuesta a ayudarte a verlo todo más claro. No te agobies tanto, Carla. Echa todo lo malo de tu cuerpo, de tu mente, y empieza otra semana calmada. Shht...

Cada paso que tu des, yo lo daré también.