viernes, 4 de diciembre de 2015

Marcada.

Te llevo en mí. Te llevo en mí, voy marcada por esta vida. Marcada de por vida, además, como las sábanas pegadas en mi piel por la mañana, cada uno de los pliegues sobre mi cuerpo. La única diferencia es que esos pliegues de sueño desaparecen, y tú... Tú no. Tú nunca desapareces, por mucho que nos empeñemos. Yo ya he aceptado que has marcado mi cuerpo y mi piel para siempre, ¿cuándo lo harás tú? Porque admito que hay infinitas cosas que no sé y que nunca sabré, pero cariño, hay algo que sé con seguridad y que siempre tendré presente: yo también soy marca, también soy prueba acusatoria en tu cuerpo; yo soy tus marcas en la muñeca en la que llevas reloj, en la línea que deja tu ropa sobre tu piel, de la misma forma en la que tú vives en las marcas de mi ropa interior y mis sábanas. Sé que, en el fondo, muy dentro de ti, lo sabes tan bien como yo.


Quizá lo aceptes algún día.

Pienso en ti, 

C.

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