Me gustaría poder llevar una corona de flores en mi cabeza. Sí, eso quisiera; flores en mi pelo. Me sentiría tan bien... Parece mentira que las pequeñas cosas, los pequeños deseos que tan fáciles parecen, no las hagamos. Y parece mentira lo felices que podrían hacernos sentir. Quizás un día el mundo me vea con flores entre mi pelo. Entonces todos sabrán que, en ese instante, estaré feliz.

