Bien, hablemos de ti. Llegaste a mi vida como si de un complemento se tratara. Nunca habría pensado que acabarías siendo todo un armario, de esos de las películas, paredes llenas de zapatos carísimos y abrigos de marca. Pero lo eres. ¡Eres tan grande...! Entraste en mi realidad con timidez, ahora que me acuerdo, y me río. "Me ha dicho que le gustaría conocerte, pero le da vergüenza." Qué adorable has sido siempre. Ahí empezó, y bueno, aquí estamos. Has significado siempre "ayuda" para mí. Alguien que, estando tan lejos, he sentido cerca. No sé, puede que me esté poniendo demasiado sentimental. Llámame moñas. Eres en quien puedo confiarle mis secretos sin que me juzgues, y las sonrisas están ahí para cuando hacen falta y para cuando no. Me encanta tu vocecita suave, y tu risa. Y algún día iré a verte, y me moriré del gusto. A veces sueño que voy. Adoro todo lo que haces, lo que escuchas, lo que llevas, lo que quieres. Te adoro. Y como te adoro, te quiero. Y como te quiero, estoy aquí a tu lado. Para lo que sea, ya lo sabes. Te echo de menos también. Me estoy poniendo ya demasiado sentimental, así que por hoy voy a dejarlo aquí. Gracias por alegrarme muchos días, por confiar en mi otros, por ayudarme en otros muchos, y por quererme en todos.
